
Sobre las informaciones dadas a conocer en
la última semana, a través de los medios de comunicación a nivel nacional e
internacional, sobre la negación o cancelación de la ciudadanía Dominicana por
parte de la Junta Central Electoral (JCE), a personas de ascendencia haitiana, es
necesario señalar que tales medidas fueron tomada en base al amparo de nuestras
leyes y que como país libre e independiente no tenemos que acogernos al mandato
de ningún organismo sin competencia ni
injerencia en nuestro marco jurídico y que lo único que buscan es convertir lo
ilegal en legal.
De modo tal que los únicos y verdaderos
culpables de todo este conflicto que deriva la inmigración haitiana en nuestro
país son las organizaciones anteriormente señaladas, ya que con su poder e
influencia hacen creer a la opinión pública internacional y a los mismos
haitianos de que el origen de todos sus males proviene de nuestra nación
Dominicana.
Por tanto le exhorto al gobierno
Dominicano, de una ve por todas, a que aplique una verdadera política
migratoria con la finalidad de frenar la inmigración ilegal, sin importar país
u origen del ciudadano inmigrante y así evitarnos en un futuro posibles
problemas en las cortes internacionales.
Por otra parte hay que reconocer que el
presidente de la República, Lic. Danilo Medina Sánchez, termina de anotarse un
punto mas a su favor en asuntos políticos, ya que al declarar que es a los
tribunales de la república como son: el Poder Judicial (PJ) y el Tribunal Constitucional
(TC) a quienes le compete conocer el caso y no a él quedó demostrado que las
instituciones autonómicas estatales Dominicana tienen libertad ejecutoria en cuanto
a sus funciones, contrario de lo que siempre se ha insinuado.
Por tanto, a todas las personas que residan
de manera ilegal en nuestro país y las organizaciones que les patrocinan, les
dejo esta vieja frase del derecho Romano antiguo que dice: “Dura lex sed lex-La
ley es dura, pero es la Ley”. Al estudiar ésta expresión nos damos cuenta que
la Ley en su aplicación es irrevocable e inevitable, aunque resulte
desfavorable para si misma.
Misael
Pérez Montero.
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