
Sin
duda alguna se ha perdido un año de trabajo en Exteriores y parece que no fue ni
la música; ni la partitura; mucho menos la batuta las que fallaron;
sencillamente no eran los músicos los adecuados y el auditorio le quedó
demasiado grande para lo acostumbrado.
Las
intensiones del presidente eran buenas; siguen siendo buenas, pero no contaba
con la regla de oro del boxeador que para noquear al adversario se ha de entrar
cuerpo a cuerpo, y el Exterior no es una provincia del país, a menos que se
quiera tumbar por puntos. Fuera no llega ni el 50%, ni el 80% de las encuestas,
mucho menos afanes reeleccionistas, aquí todo es frío y siempre sometido a
comparaciones con lo que se vive a diario en el país y las imágenes de gestión
gubernamental la encarnan los funcionarios, no el presidente.
Parece ser que la
realidad se ha impuesto a los sueños, o por lo menos de eso quiere convencerse
mi subconsciente, al vivir un año perdido y sueños truncados en el Servicio
Exterior. Las escalinatas de la escalera palaciega se han alargado, las piernas
se resienten y se ha de ir soltando lastre para subirla, los heridos se van
quedando en el camino, pero mientras sean heridos no pasa nada, para ellos
siempre habrá hospitales o médicos, ya que una vez curados volverán a la lucha.
Lo trágico sería que esos heridos se dejen morir en el camino, pues ya no habrá
futuro para los que están, para los que ambicionan mantenerse, ni para los que
se esfuerzan en llegar.
Prefiero creer al burgo;
a radio bemba; a las plumas bien informadas; a los tertulianos, aún mas, quiero
convencerme de que aún el presidente, Danilo Medina no es libre de las facturas
del pasado gobierno y de aliados que elevan demasiado el interés de la
hipoteca; hasta el punto que no haya dado la posibilidad alguna para haber
hecho los cambios que demandaba el edificio de Exteriores.
Un crecimiento económico
por debajo del 2% y una divisa en alza, frente a una economía mundial en
recepción, no son buenos augurios para la economía Dominicana. Esto debe
alertar al gobierno en la implementación de otras alternativas, y el papel del
Servicio de Exteriores debe ser una carta debajo de la manga. Ya no se trata de
cumplir compromisos políticos electorales sino de la búsqueda y apertura de
otras gestiones gubernamentales que puedan ayudar a la economía del país, a la
gestión del presidente Medina, y a que el propio partido siga siendo el
referente de la llamada “fábrica de presidentes”.
Hemos perdido un año en el
Servicio Exterior, al menos eso creo, posiblemente me equivoque en mi reflexión
o quizás no. En política a veces suele ser perjudicial decir en público lo que
todos susurran a cuatro esquinas pero no lo sabremos si no se hace el intento.
Por lo que recalco que este articulo no va contra el presidente Danilo Medina,
Dios me libre, ni contra nadie personalmente, no tengo ninguna animadversión
contra ningún funcionario del Servicio Exterior simplemente mi conciencia me
obliga a la coherencia.
Misael Pérez Montero.
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